A la magia que acompaña la verbena de San Juan y el solsticio de verano (en nuestro hemisferio norte, claro) se suma el hecho que…
Hará un año que empecé a escribir este blog.
Y mi primer post se inspiró justamente en la noche del 23 de junio.
El fuego, los petardos, las sonrisas traviesas y juguetonas de los niños y niñas con los petardos y la cantidad de gente que se reúne a mirar encantados el fuego, no son más que señales que acarician la magia de la noche más corta del año. Esta vez la verbena me hace pensar en los rituales. Y es que la verbena es un ritual en sí mismo, que si observamos de muy cerca tiene mucho a enseñarnos.
Al recorrer las hogueras de los pueblos y ciudades de Catalunya vemos que tienen en común el estar hechas con diferentes objetos: trozos de muebles viejos, maderas varias, troncos, etc. Tradicionalmente participaba toda la comunidad, quien juntaba todo aquello que no le servía y entre todos contribuían a formar una gran hoguera. En algunos lugares todavía sigue siendo así y la hoguera no se enciende hasta el momento oportuno, cuando ya cae la noche. Y aquí tenemos una de les características de los rituales:
Requiere un proceso, con tiempos marcados.
Mirar las llamas y entrever cómo se va consumiendo lo que hay en su interior es algo que engancha a cualquiera. El significado simbólico es quemar todo aquello que ya no sirve, para entrar en una nueva estación de manera renovada. Y el fuego vacía para que podamos volver a llenar. Sin duda estamos hablando de un tipo de ritual que se denomina de paso, ya que una característica de él es:
Dejar de mirar atrás para poder seguir avanzando.
Después del fuego viene la celebración con baile, juerga, coca y cava. Carcajadas, danzas y alegría ante las puertas de la luminosidad del verano. Y aquí rescato otra característica de este ritual:
La alegría de lo que está por venir.
Mirar este ritual colectivo tan nuestro hace que me pregunte (y os pregunte):
¿Dónde hemos dejado los rituales en nuestra vida?
Si os fijáis, son vitales para acompañarnos en procesos de transición, tanto si estos procesos están teñidos de tristeza o miedo como si lo están de alegría. Esté presente la emoción que sea, rescato de los rituales de paso 3 aspectos que nos pueden ayudar a acercarnos con más sentido a nuestra vida:
1) Ser consciente de lo que haces, ya que te obliga a fijarte en los detalles que implica un ritual.
2) Aceptar la etapa que ya ha pasado.
3) Dar la bienvenida con esperanza al nuevo momento.